miércoles, 15 de agosto de 2007

La liturgia de las despedidas

Faltan doce días, y la liturgia de las despedidas ya empieza a hacerse sentir. Amigos que me dicen o me escriben cosas, la inevitable ambigüedad de quienes se ponen contentos por mis proyectos pero tristes por mi partida… Lo normal. Lo mismo que siento yo.

Me preguntan por los preparativos y respondo que no hay muchos. Algunos trámites, algunos arreglos, tengo que comprarme algunas ropas, una valija y algunas cositas más. Se supone que tengo que hacer listas para no olvidarme de nada y para no perder nada por el camino.

Hace unos diez días, mis amigos Facundo, María José y Mauricio armaron un listado de las cosas que debíamos hacer juntos antes de que me vaya. La nómina incluía cuestiones tales como:

-Ir a comer una parrillada.
-Ir a “Hemingway”, un barcito en Varela que por algún motivo se convirtió en especial luego de que fuéramos juntos… una vez.
-Jugar al TEG.
-Visitar y sacarnos fotos en lugares turísticos de Buenos Aires, como Caminito, la Costanera, el Obelisco, el Planetario y el cementerio de la Recoleta.

El único que cumplimos hasta ahora fue el del TEG. Jugamos el sábado en mi casa y gané. Conquisté América del Sur, África y ocho países de Asia.

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