A uno no le gusta llamar la atención. Se pregunta: ¿cómo contar sin llamar la atención algo que en sí mismo llama la atención? Uno duda y da vueltas...
Lo conté masivamente en mi trabajo. Mis compañeros (ayer un grupo, hoy el otro) recibieron la noticia con sorpresa y alegría, me alentaron, me apoyaron, me pasaron algunos contactos y algunos hasta me dijeron que me envidian, aunque siempre con buena onda.
Me cuesta contarlo. Una querida amiga se enojó porque se lo dije recién ayer, y resulta que ya se había enterado por otro lado. Pero no lo hago de mala onda, es sólo que no me gusta ponerme a hablar de mí...
Ya sé: escribo esto en un blog en el que no hago otra cosa que hablar de mí. Pero acá es distinto. No me pregunten por qué.
miércoles, 22 de agosto de 2007
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1 comentario:
Que bueno saber que hay gente que culta en florencio Varela. Saludos.
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